
Siguiendo con la nota que presentamos acerca de qué smartphone elegir, creemos que hoy en día el gran avance y centralización de la producción de chips que se ha estado dando este último tiempo, sumado a una especie de “estandarización” de las capacidades de memoria y procesamiento (que a pesar de que crecen de manera significativa, lo hacen a un ritmo constante y continuo similar a lo que lo hicieron las computadoras en su evolución hace unos años) recayó en que la diferenciación viene muy de la mano de un aspecto fundamental: El sistema operativo.
Este es un punto delicado, ya que será la interfaz, lo “palpable”, que al fin y al cabo será eso que vamos a ver y “sentir” de un celular, es lo único que vemos y lo que nos representa todo lo que está adentro, los millones de circuitos que circulan en tan poco lugar y terminan demostrando el precio que pagamos por él.
Aquí es donde surgen diferencias, (en algunos casos, fanatismos) acerca de cuál es mejor o peor…